La multa se posa en el pentagrama de transmilenio
- @demal_humor
- 17 may 2017
- 2 Min. de lectura
Una multa fue impuesta a un joven por interpretar música con su violín en una estación de transmilenio, la comunidad en redes sociales reclama por la libertad de expresión y el artes.

4 salarios mínimos diarios legales vigentes (SMDLV), cuatro días de trabajo de alguien que gane un salario mínimo y esté vinculado a una organización con todas sus prestaciones, obligaciones, deberes y derechos de ley. $98.360 pesos es el costo de la multa que le fue impuesta al joven violinista que se gana la vida tocando un variado repertorio en el corredor peatonal entre la estación de Las Aguas y Universidades.
Una fotografía, tomada por un transeúnte, que ha rodado en las últimas horas por redes sociales ha puesto en aviso a la comunidad sobre lo ocurrido. Por supuesto las recriminatorias dirigidas hacia la Policía Nacional no se han hecho esperar. Argumentos en contra y a favor, se ve mencionar continuamente “el código de policía”.
Según el Código Nacional de Policía y Convivencia, puesto en vigencia a partir del 30 de enero del presente año, la posible razón por la que pudo ser multado este joven se encuentra en el artículo 146 numeral 9, en donde se expresa que “Obstaculizar o impedir la movilidad o el flujo de usuarios en estos sistemas” es contrario a la convivencia en los sistemas de transporte público. La multa por esto es de nivel 3, que equivale a $393.440 (16 SMDLV). Además de una amonestación contenida en el numeral 11 del mismo artículo.
¿Por que la multa del joven es menor a la que “debía ser”? Por supuesto no se trata de caerle al caído, sino de preguntarse ¿qué está pasando con la Policía nacional? Acaso no están preparados para afrontar correctamente los procedimientos; incluso ¿por qué aún persisten -y persistirán- los colados y los hurtos en transmilenio?
La crisis de la institución policial no es un secreto para nadie, lastimosamente está permeada de corrupción en grandes y pequeñas escalas. Me remito a alguna noche en la estación de la calle 76, sobre la caracas, cuando un policía se dejó sobornar por un vendedor de maní, con 2 mil pesos.
Claro está el punto no es culpabilizar a unos y salvar a otros; tanto el joven violinista como el vendedor de maní están en todo su derecho de rebuscarse el dinero para comprar alimento y pagar servicios de luz y agua, entonces preguntémonos ¿en donde están las oportunidades en una ciudad que crece y crece y no para de crecer?
Comments